A mi hija, Isabella, por ser mi inspiración y por el tiempo que me regaló para la realización de este proyecto.
A mi extraordinaria esposa, Mónica Isabel, por su permanente apoyo, acompañamiento, crítica constructiva y por el tiempo que me regaló para el desarrollo de esta investigación.
A mí amada madre, Olga Lucía, porque a ella le debo todo lo que soy como persona y profesional.
A mi hermano, Juan Esteban, y a toda mi familia porque me han dado ejemplos de vida.
A mis amigos, colegas, pacientes y a todas aquellas personas quienes de una u otra manera aportaron sus conocimientos, piezas, fotos y enriquecieron este texto, entre ellos:
Javier Mesa, gran amigo, impulsador para el desarrollo de esta obra.
Dr. Jorge Emilio Restrepo, maestro de la numismática, agradezco todo su apoyo, confianza, y las fotos cedidas para ser publicadas.
Santiago Jaramillo, gran amigo y coleccionista, descubridor de muchas de las variedades en monedas de Colombia.
Bernardo González White, amigo y comerciante, su negocio sirvió para revisar y encontrar muchas de las variedades de las monedas de lazaretos en Colombia.
Luís Alzate, amigo y comerciante, gracias a su disposición y al material que posee, su negocio fue testigo del desgaste de la retina y de la lupa para encontrar un sinnúmero de variedades en las monedas de 1921.
Alexander Montaña, amigo, comerciante, coleccionista y responsable de muchas de las variedades de lazaretos de 1901.
Sr. Antonio Pedraza, Sr. Jorge Becerra, Jim Archibald y Vladimir Gamboa por la consecución de fotos, piezas y bibliografía.
A todos ellos, solo me resta decirles:
“DIOS LES PAGUE”
A mí amada madre, Olga Lucía, porque a ella le debo todo lo que soy como persona y profesional.
A mi hermano, Juan Esteban, y a toda mi familia porque me han dado ejemplos de vida.
A mis amigos, colegas, pacientes y a todas aquellas personas quienes de una u otra manera aportaron sus conocimientos, piezas, fotos y enriquecieron este texto, entre ellos:
Javier Mesa, gran amigo, impulsador para el desarrollo de esta obra.
Dr. Jorge Emilio Restrepo, maestro de la numismática, agradezco todo su apoyo, confianza, y las fotos cedidas para ser publicadas.
Santiago Jaramillo, gran amigo y coleccionista, descubridor de muchas de las variedades en monedas de Colombia.
Bernardo González White, amigo y comerciante, su negocio sirvió para revisar y encontrar muchas de las variedades de las monedas de lazaretos en Colombia.
Luís Alzate, amigo y comerciante, gracias a su disposición y al material que posee, su negocio fue testigo del desgaste de la retina y de la lupa para encontrar un sinnúmero de variedades en las monedas de 1921.
Alexander Montaña, amigo, comerciante, coleccionista y responsable de muchas de las variedades de lazaretos de 1901.
Sr. Antonio Pedraza, Sr. Jorge Becerra, Jim Archibald y Vladimir Gamboa por la consecución de fotos, piezas y bibliografía.
A todos ellos, solo me resta decirles:
“DIOS LES PAGUE”
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